21 de septiembre de 2008

¿Cómo nos movemos?


El transporte público en la ciudad de las Palmas es una cuenta pendiente de los mandatarios pasados, presentes y futuros. Anclados en la creencia de que los lobby automovilísticos generaban una presión insuperable a los responsable públicos; éstos y los ciudadanos nos fuimos acomodando al "y ¿qué vamos a hacer?". Ahora la crisis de un servicio de Guaguas, que no da respuesta a las necesidades de los ciudadanos, y la inexistencia de planteamientos de movilidad a largo plazo que descongestionen la ciudad y nos transporte a las comunicaciones del finales del siglo XX (porque para el XXI todavía nos queda), nos deja a los ciudadanos totalmente desamparados. Los poíticos nos hechan por tierra la conciencia ecológica, el deseo de vivir como en una gran ciudad y nos avocan al consumo diario de hidrocarburos de manera individualizada.

Nacen nuevas propuestas, como el tren hacia el sur de la isla que, en algunos aspectos, parece descabellada (¿alta velocidad?), que copan la opinión y dejan desamparadas las posibles soluciones.

Uno viaja por el mundo y se da cuenta de la distancia a la que nos encontramos en responsabilidad y capacidad de proyectar. Berlin, Barcelona, Londres... son posibles ejemplos de grandes ciudades. Pero otras más pequeñas han desarrollado sistemas de transporte versátiles y que dan respuesta a los ciudadanos. ¿Qué pasa aquí? ¿Es que somos incapaces?

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